Con más de 60 kilómetros de costa y una riqueza marina envidiable, no es de extrañar que muchos de los habitantes de O Morrazo dedicasen sus vidas al mar y a la navegación. Antiguas fábricas de salazón que se remontan a la época de los romanos, grandes conserveras que transformaron lo que hoy encontramos en nuestras mesas y una flota de bajura y altura todavía en activo son solo algunos de los ejemplos representativos del turismo industrial en O Morrazo.
Os proponemos una ruta por el pasado, presente y futuro de O Morrazo y su industria:
La tradición: carpintería de ribera, redes y cuerdas marineiras
Existen numerosas artes tradicionales marineras que con el paso del tiempo se han ido perdiendo por todo el mundo. La construcción de barcos tradicionales de madera de forma artesanal, es una de ellas. En O Morrazo, este arte se mantiene vivo a través de asociaciones como Sueste, que promueven encuentros de embarcaciones tradicionales y realizan cursos de formación en sus instalaciones en el astillero de Calragho (Moaña).
Para quienes desean conocer cómo es el interior de un astillero tradicional, el conocido como Estaleiro de Purro o da Banda do Río, último astillero de carpintería de ribera que estuvo activo en la ría de Pontevedra, se puede visitar por fuera, donde unos paneles transparentes permiten conocer su interior y ver algunas de las barcas que se elaboraron entre sus paredes de madera.
Otra de las artes tradicionales íntimamente ligada con el mar es la de la elaboración de hilos, cabos y cuerdas. En Moaña, el Museo das Carreiras hace un homenaje a esta arte a través de una exposición al aire libre con las antiguas máquinas y enseres que se usaron desde el siglo XIX al XX en la parroquia de Meira. Y, muy relacionado con lo anterior, cada uno de los puertos de Bueu, Cangas y Moaña cuentan con su “nave de rederas”, un espacio en el que las manos expertas las “atadoras” y “atadores” reparan las redes del cerco, las mallas de arrastre y cuantos aparejos llegan a sus manos procedentes de los puertos de las rías de Vigo y Pontevedra. Aunque no están abiertos a visitas de manera oficial, su animada conversación suele dar la bienvenida al viajero que se acerca hasta allí con curiosidad y ganas de aprender algo más sobre las artes tradicionales marineras.
El pasado conservero y ballenero: las fábricas de salazón y las grandes industrias de la pesca
Ya desde la época romana, el territorio que comprende O Morrazo estuvo muy ligado no sólo a la pesca, sino al comercio de los productos del mar. Desde esta época se conservan los restos de una salazón del siglo II, aunque sin musealizar, en la playa de Pescadoira y cuyos hallazgos se pueden visitar en el Museo Massó de Bueu.
No es el único ejemplo del pasado industrial que durante siglos transformó la gran abundancia de sardina de las rías de Vigo y Pontevedra en una de las industrias alimentarias fundamentales de España: las antiguas salazones salpican las costas de O Morrazo, hoy abandonadas o rehabilitadas para otros usos por la transformación de la industria conservera y el empuje de nuevos sistemas productivos.
Uno de estos ejemplos de fábricas rehabilitadas es la de la Casa de Aldán, una peculiar casa de turismo rural en frente del puerto de Aldán, ganadora del premio Europa Nostra por la recuperación del espacio. Elementos como los tanques de salazón, que se pueden ver bajo el suelo del restaurante, el patio de entrada y primer procesamiento de pescado y detalles de cantería y el trato de las maderas permiten vislumbrar lo que fue en su momento una fábrica de salazón.
Y si hablamos de la gran industria conservera, es imprescindible hablar de los Massó. Creada en 1816 como la fábrica de salazón ‘La Perfección’ y con tan solo cuatro hombres y siete mujeres en plantilla, en 1870 ya se había convertido en una gran conservera que empleaba a más de 1.000 personas y que había diversificado su producción a productos como el mejillón o los berberechos.
En 1919 contó con la primera línea telefónica privada de España y sería también la primera en utilizar la electricidad en sus procesos productivos. Llegó a contar con su propio varadero para la reparación de barcos pesqueros, guardería, hospedería, su propia central eléctrica y viviendas para los trabajadores. Como dato curioso, la familia regentó durante décadas una de las pocas balleneras de Galicia.
Hoy en día, de la gran conservera Massó, desaparecida al final del siglo XX, queda una vasta colección de aparejos, barcos, curiosidades y recuerdos, que se pueden visitar en la sede de la antigua fábrica en Bueu, hoy convertida en Museo Massó.
Del resto de la manzana que ocupaba la fábrica en Bueu quedan, a espaldas del museo, la antigua chimenea, en la plaza Massó, y algunos de los árboles que conformaban el jardín botánico de la fábrica.
Ya en Cangas, la que fue la “nueva” fábrica Massó, inaugurada en 1942, nos recuerda un pasado industrial modernista en el que participaba casi todo O Morrazo y que hoy se puede visitar por fuera a través de un paseo que conecta la factoría con Punta Balea y la antigua ballenera.
El presente: puertos y lonjas
El presente industrial de O Morrazo sigue conectado con el mar y la innovación. Grandes conserveras, astilleros e industrias de distintos sectores han establecido sus sedes en este protegido entorno del océano Atlántico. Pero si hay un lugar donde es posible conocer más sobre O Morrazo y su riqueza, son sus puertos y lonjas.
Hoy en día, visitar los puertos de Cangas, Bueu, Aldán y Moaña, es una forma de descubrir la evolución de las artes de pesca, desde los grandes barcos que van a los caladeros del Gran Sol, Mauritania o Malvinas, entre otros, y los barcos de bajura y la flota artesanal que captura el pulpo en las rías de Vigo y Pontevedra. Nasas, redes, talleres de reparación al aire libre… son elementos frecuentes que enmarcan la continua salida y entrada de embarcaciones.
Para quien quiera descubrir el peculiar arte de subasta de pescado, la lonja de Bueu cuenta con un espacio habilitado para visitantes, desde el que descubrir nuevas especies y conocer de primera mano los famosos pulpos de Ons y las vieiras que se capturan en cabo Udra.
Otras industrias: Canteras y gastronomía de O Morrazo
El mar no ha sido el único generador de riqueza en O Morrazo. Sus elevadas montañas y la cercanía con otros centros productivos hicieron de sus canteras un importante centro de producción y comercialización de piedra. En Moaña, las 5 canteras originales se encuentran ya en desuso desde inicios del siglo pasado, pero una visita a la playa de O Cocho permite descubrir este recurso patrimonial único que llegó a contar con su propia jerga el “entenderecho”.
A gastronomía, con industrias como a do viño e a súa característica ‘Tinta Femia’, as modernas instalacións de conserva en activo, ou recursos etnográficos como os muíños de auga, algúns deles aínda en uso, completan unha oferta industrial de gran interese patrimonial e cheo de sabor.
Añádelo a tu lista:
Astillero de A Banda do Río o de Purro: GPS 42.3266577,-8.7898781
Dirección: Avda. de Montero Ríos S/N, Playa da Banda do Río, Bueu
A Casa de Aldán: GPS 42.281291-8.820543
Dirección: Avda. José Graña, 52, Puerto de Aldán (San Cibrán), Cangas.
Museo Massó: GPS 42.3269039, -8.7854398
Dirección: Montero Ríos, s/n, Bueu (San Martiño)
Antigua fábrica Massó en Cangas: GPS 42.254608 -8.788721
Dirección: Paseo Marítimo do Salgueirón, Cangas.
Canteras de Moaña – Canteira do Cocho: GPS 42.254608 -8.788721
Dirección: Paseo Marítimo do Salgueirón, Cangas.
Museo das Carreiras: GPS 42.2846558, -8.7207819
Dirección: Calle Porto de Meira (Santa Eulalia), Moaña
Puerto de Bueu y Lonja: GPS 42.3280428,-8.7844691
Dirección: Calle de Montero Ríos, 4, Bueu